lunes, 2 de enero de 2012

GIC

En relación al post de las auroras de Ppi de hace algunas semanas os quería hablar de otro efecto producido por la misma fuente que las auroras (el viento solar). El viento solar es una emisión de partículas cargadas que, algunas veces, se dirigen a la Tierra. Gracias al campo magnético generado por el núcleo de la Tierra, estas partículas son desviadas, protegiendo así la atmósfera terrestre. Si este campo magnético no existiera, la atmósfera se vería barrida por el viento solar, quedando un planeta al estilo de la luna, sin atmósfera.


Las partículas desviadas siguen las trayectorias marcadas por las líneas del campo magnético. Dado que estas líneas penetran la atmósfera terrestre en los polos magnéticos norte y sur (como pasa en un imán), también lo hacen las partículas cargadas. Éstas, al colisionar con la atmósfera, producen las auroras polares.

















Por otro lado, la colisión de las partículas contra el campo magnético genera una perturbación en éste. Y esta perturbación induce una corriente eléctrica en el suelo conocida como Geomagnetically Induced Current (o GIC).

Normalmente el suelo no es un gran conductor, con lo que esta corriente suele seguir caminos con menor impedancia como la red eléctrica o las tuberías metálicas. En el caso de la red eléctrica, la corriente se cuela a través del neutro de los transformadores de alta potencia, pues está conectado directamente a tierra. Y esto es un problema porqué satura los transformadores y, en casos extremos, puede llegar a quemarlos (existen casos reales como el de Quebec en 1989). Este efecto es importante en latitudes próximas a los polos, especialmente por encima de los 50 grados, pero poco notable en una situación como la de España (entre los 30 y 40 grados). Sin embargo, justamente por este motivo, aquí no se tiene en cuenta este efecto. Si se produjera una tormenta solar importante, como la que comenta Ppi en su post (increíble el hecho de que pudiera verse una aurora a esta latitud), podría pasar que los transformadores no protegidos se quemaran, generando algún que otro problema a las compañías eléctricas, y en consecuencia, a todos nosotros al quedarnos sin electricidad. Esto es solo un pensamiento catastrofista y también pudiera ser que no pasara nada, pues es algo que, por el momento, no se puede predecir con exactitud porqué no ha pasado antes.

Como detalle histórico, la mayor tormenta solar registrada hasta el momento se originó en 1859 , también conocida como evento Carrington. El pico de intensidad de esta tormenta provocó el fallo de los sistemas de telégrafo en toda Europa y América del Norte, provocando numerosos cortocircuitos y incendios. Según parece, este tipo de eventos sólo se produce una vez cada 500 años aproximadamente (según los estudios de muestras de hielo). Aún así, es más probable esto que la colisión de un meteorito gigante contra la Tierra. Nos tocará la lotería?

Y van 2.

4 comentarios:

PPi dijo...

Muy interesante. No conocía lo del GIC. Un evento como el de 1859 podría ser catastrófico hoy en día, aunque sabiendo que tardan 3 días en llegar supongo que apagarían toda la corriente mundial. Qué les pasaría a los pobres de la ISS?

Albert dijo...

Se convertirían en los 4 fantásticos.

PPi dijo...
Este comentario ha sido eliminado por el autor.
PPi dijo...

prestigiosa publicación SpectrumMagazine del IEEE.

IEEE GIC